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CONVERTIR UNA VIVIENDA EN DOMÓTICA CUESTA ENTRE 1.500 Y 3.000 EUROS Y SE AMORTIZA EN 4 AÑOS


11/03/2010

Convertir una casa normal en un hogar domótico, es decir, dotado con las tecnologías más avanzadas en materia de control energético, seguridad y comunicaciones, cuesta entre 1.500 y 3.000 euros, lo que equivale a entre el 1,5 y el 2 por ciento del coste de las instalaciones de una vivienda, una cantidad que se amortiza en cuatro años gracias al ahorro energético que permiten estos equipamientos.

Así lo aseguró ayer el presidente de Asimelec, Martín Pérez, al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y al secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Francisco Ros, durante la visita al demostrador de hogar digital instalado en el distrito de Tetuán.

Y es que con las instalaciones que incluye una casa totalmente domótica se puede llegar a ahorrar un 25 por ciento de energía como mínimo, cantidad que puede llegar al 50 por ciento si se suman sistemas de energía geotérmica y solar a la vivienda.

VISITA A LA VIVIENDA

En total, ASIMELEC ha invertido 1,1 millones de euros a través de préstamos del Plan Avanza del Ministerio de Industria en la recreación de una vivienda domótica. Así, el primer encuentro de los ciudadanos con la vivienda es el videoportero, que conecta con un canal de la televisión para poder ver quién llama, así como con el móvil o Internet para contestar la puerta.

Nada más entrar empiezan las aplicaciones de la casa. Así, un simple comando de voz puede encender o apagar las luces, la calefacción o subir las persianas, algo que también se puede hacer por teléfono. Además, mediante unas pantallas recibimos información sobre el consumo energético de la vivienda y la comparativa con el ahorro experimentado a nivel nacional.

Y es que todo el hogar está equipado con fibra óptica, que permite recibir señal de televisión en alta definición (e incluso en 3D en el futuro), banda ancha de Internet y el resto de redes IP en que se integran los diferentes sistemas, que ni siquiera deben ser del mismo fabricante para poder integrarse.

Asimismo, esta tecnología permite instalar modernos sistemas de seguridad como detectores de movimiento, alarmas antiincendios o de hurto, e incluso sistemas de pánico para que los mayores puedan encender la luz o avisar a emergencias con un comando de voz. La cocina cuenta también con un sistema que detecta humo, fugas de gas o pérdidas de agua, que es incluso capaz de detener en el momento.

En cuanto a la iluminación, el sistema puede memorizar diferentes modos para utilizar en diferentes circunstancias (por ejemplo, para ver una película tocar un botón basta para bajar las persianas, reducir las luces y desplegar una pantalla de proyecciones).



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